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jueves, 26 de mayo de 2016

Crisis de fe...

     
Aunque muchos no saben ni entienden lo que es la fe y tratan de ridiculizarla... La verdad es que es un fenómeno universal que todos ejercitamos, tanto en el entorno físico/secular como en el entorno espiritual/religioso. Aunque este fenómeno resulta un tanto paradójico. Pues por fe aceptamos y creemos muchas cosas a ciegas y no las cuestionamos porque de alguna manera nos aportan algún bien o simplemente no nos afectan.  Pero por otro lado, nos cuesta muchísimo esperar con paciencia que se materialice lo que hemos creído y esperamos porque Dios lo ha prometido, especialmente cuando vivimos situaciones límites, difíciles de manejar y de entender. Para los cristianos la fe es un regalo de Dios para salvación; "Porque por gracia ustedes han sido salvados mediante la fe; esto no procede de ustedes, sino que es el regalo de Dios, no por obras, para que nadie se jacte." (Efesios 2:8). Este regalo nos permite experimentar el cumplimiento de todas sus promesas en nuestras vidas, convirtiéndose éstas en testimonios poderosos que nos hacen permanecer firmes en Él. 

   Y aunque muchos intelectuales persisten en hacer preguntas estrictamente racionales y esperan respuestas específicas sobre nuestra fe, por mucho que tratemos de explicarles y hacerles entender, si no son espirituales, la razón no les servirá de mucho. La fe cristiana es un don de Dios que se manifiesta de forma espiritual, cosa que los estrictamente intelectuales jamás serán capaces de entender. Porque el que es espiritual cree por fe y no necesita pruebas ni evidencias de lo que cree, aunque su razón ya ha validado la realidad espiritual. Así lo establece el apóstol Pablo en su primera carta a los Corintios diciendo: "Ahora bien, Dios nos ha revelado esto por medio de su Espíritu, pues el Espíritu lo examina todo, hasta las profundidades de Dios. En efecto, ¿quién conoce los pensamientos del ser humano sino su propio espíritu que está en él? Así mismo nadie conoce los pensamientos de Dios sino el Espíritu de Dios. Nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo sino el Espíritu que procede de Dios para que entendamos lo que por su gracia él nos ha concedido. Esto es precisamente lo que hablamos, no con las palabras que enseña la sabiduría humana sino con las que enseña el Espíritu, de modo que expresamos verdades espirituales en términos espirituales.  El que no tiene el Espíritu no acepta lo que procede del Espíritu de Dios, pues para él es locura. No puede entenderlo, porque hay que discernirlo espiritualmente. En cambio, el que es espiritual lo juzga todo, aunque él mismo no estás sujeto al juicio de nadie, porque ¿quién ha conocido la mente del Señor para que pueda instruirlo? Nosotros, por nuestra parte, tenemos la mente de Cristo." (1 Corintios 2:10:16) 

   Son muchas las cosas que ni siquiera la ciencia ha podido explicar del todo, especialmente de nuestro entorno natural y nuestra procedencia y jamás lo podrá hacer. Porque si Dios permitiera que los hombres lo supieran todo, estaría confiriéndole a la humanidad uno de sus inigualables atributos, la omnisciencia. ¡Qué peligro! Así que sólo aquel que tiene algo de fe, es terreno fértil para que el Espíritu de Dios se manifieste revelando las verdades espirituales. Y cuando el Espíritu de Dios ha revelado sus verdades a nuestro espíritu, entonces estamos capacitados para decidir cultivar nuestra relación espiritual con Dios, porque Dios es Espíritu. Por eso podemos renunciar a nuestras vidas y permitir que Él haga su voluntad en ellas. Yo soy testigo de las grandes cosas que se experimentan al confiar y creer en que el Dios de lo imposible, hace las cosas posibles.  Sólo hace falta creer. Creer que sus promesas se cumplirán en nosotros, aunque lo que vemos de frente no se parece a lo que esperamos "Vivimos por fe, no por vista." (2 Corintios 5:7). Creer que "Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, los que han sido llamados de acuerdo con su propósito." (Romanos 8:28). Jesús dijo: "Para el que cree, todo es posible." (Marcos 9:23). En la carta a los Hebreos, encontramos un inigualable resumen bíblico de la historia de la fe desde tiempos inmemorables. Para entender con claridad muchas de las expresiones del capítulo que veremos a continuación, hace falta conocer las historias bíblicas citadas en él. Son los testimonios de aquellos que vivieron creyendo que Dios es Todopoderoso, hacedor de maravillas, milagros y prodigios en todo aquello que se sale de nuestro control, y que consideramos imposible.  El relato y definición de fe en esta carta, debe llevarnos a contrastar y examinar lo que entendemos y practicamos por fe en nuestros tiempos. Dice así:
"La fe es la garantía de lo que se espera, la certeza de lo que no se ve. Gracias a ella fueron aprobados los antiguos. Por la fe entendemos que el universo fue formado por la palabra de Dios, de modo que lo visible no provino de lo que se ve. Por la fe Abel ofreció a Dios un sacrificio más aceptable que el de Caín, por lo cual recibió testimonio de ser justo, pues Dios aceptó su ofrenda. Y por la fe Abel, a pesar de estar muerto, habla todavía. Por la fe Enoc fue sacado de este mundo sin experimentar la muerte; no fue hallado porque Dios se lo llevó, pero antes de ser llevado recibió testimonio de haber agradado a Dios. En realidad, sin fe es imposible agradar a Dios, ya que cualquiera que se acerca a Dios tiene que creer que él existe y que recompensa a quienes lo buscan. Por la fe Noé, advertido sobre cosas que aún no se veían, con temor reverente construyó un arca para salvar a su familia. Por esa fe condenó al mundo y llegó a ser heredero de la justicia que viene por la fe. Por la fe Abraham, cuando fue llamado para ir a un lugar que más tarde recibiría como herencia, obedeció y salió sin saber a dónde iba. Por la fe se radicó como extranjero en la tierra prometida, y habitó en tiendas de campaña con Isaac y Jacob, herederos también de la misma promesa, porque esperaba la ciudad de cimientos sólidos, de la cual Dios es arquitecto y constructor. Por la fe Abraham, a pesar de su avanzada edad y de que Sara misma era estéril, recibió fuerza para tener hijos, porque consideró fiel al que le había hecho la promesa. Así que de este solo hombre, ya en decadencia, nacieron descendientes numerosos como las estrellas del cielo e incontables como la arena a la orilla del mar. Todos ellos vivieron por la fe, y murieron sin haber recibido las cosas prometidas; más bien, las reconocieron a lo lejos, y confesaron que eran extranjeros y peregrinos en la tierra. Al expresarse así, claramente dieron a entender que andaban en busca de una patria. Si hubieran estado pensando en aquella patria de donde habían emigrado, habrían tenido oportunidad de regresar a ella. Antes bien, anhelaban una patria mejor, es decir, la celestial. Por lo tanto, Dios no se avergonzó de ser llamado su Dios, y les preparó una ciudad. Por la fe Abraham, que había recibido las promesas, fue puesto a prueba y ofreció a Isaac, su hijo único, a pesar de que Dios le había dicho: «Tu descendencia se establecerá por medio de Isaac.» Consideraba Abraham que Dios tiene poder hasta para resucitar a los muertos, y así, en sentido figurado, recobró a Isaac de entre los muertos. Por la fe Isaac bendijo a Jacob y a Esaú, previendo lo que les esperaba en el futuro. Por la fe Jacob, cuando estaba a punto de morir, bendijo a cada uno de los hijos de José, y adoró apoyándose en la punta de su bastón. Por la fe José, al fin de su vida, se refirió a la salida de los israelitas de Egipto y dio instrucciones acerca de sus restos mortales. Por la fe Moisés, recién nacido, fue escondido por sus padres durante tres meses, porque vieron que era un niño precioso, y no tuvieron miedo del edicto del rey. Por la fe Moisés, ya adulto, renunció a ser llamado hijo de la hija del faraón. Prefirió ser maltratado con el pueblo de Dios a disfrutar de los efímeros placeres del pecado. Consideró que el oprobio por causa del Mesías era una mayor riqueza que los tesoros de Egipto, porque tenía la mirada puesta en la recompensa. Por la fe salió de Egipto sin tenerle miedo a la ira del rey, pues se mantuvo firme como si estuviera viendo al Invisible. Por la fe celebró la Pascua y el rociamiento de la sangre, para que el exterminador de los primogénitos no tocara a los de Israel. Por la fe el pueblo cruzó el Mar Rojo como por tierra seca; pero cuando los egipcios intentaron cruzarlo, se ahogaron. Por la fe cayeron las murallas de Jericó, después de haber marchado el pueblo siete días a su alrededor. Por la fe la prostituta Rajab no murió junto con los desobedientes, pues había recibido en paz a los espías. ¿Qué más voy a decir? Me faltaría tiempo para hablar de Gedeón, Barac, Sansón, Jefté, David, Samuel y los profetas, los cuales por la fe conquistaron reinos, hicieron justicia y alcanzaron lo prometido; cerraron bocas de leones, apagaron la furia de las llamas y escaparon del filo de la espada; sacaron fuerzas de flaqueza; se mostraron valientes en la guerra y pusieron en fuga a ejércitos extranjeros. Hubo mujeres que por la resurrección recobraron a sus muertos. Otros, en cambio, fueron muertos a golpes, pues para alcanzar una mejor resurrección no aceptaron que los pusieran en libertad. Otros sufrieron la prueba de burlas y azotes, e incluso de cadenas y cárceles. Fueron apedreados, aserrados por la mitad, asesinados a filo de espada. Anduvieron fugitivos de aquí para allá, cubiertos de pieles de oveja y de cabra, pasando necesidades, afligidos y maltratados. ¡El mundo no merecía gente así! Anduvieron sin rumbo por desiertos y montañas, por cuevas y cavernas. Aunque todos obtuvieron un testimonio favorable mediante la fe, ninguno de ellos vio el cumplimiento de la promesa. Esto sucedió para que ellos no llegaran a la meta sin nosotros, pues Dios nos había preparado algo mejor." (Hebreos 11)

   Este resumen nos confronta con la realidad de fe que vivimos hoy. Pues la fe de todos estos hombres y mujeres de Dios descritos en la carta, pareciera estar extinta en este tiempo. Ellos entendían muy bien lo que Santiago expuso en su carta cuando dijo: "Hermanos míos, ¿de qué le sirve a uno alegar que tiene fe, sino tiene obras?..." "...Pues como el cuerpo sin el espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta." (Santiago 2:14;26) Muchos de estos testimonios de fe estaban amarrados a la obediencia. Cuando obramos conforme al propósito y a la voluntad de Dios, entonces demostramos la verdadera fe.  Pues cuando vivimos confiando que el plan que Dios diseñó para nuestras vidas es agradable y perfecto, llegamos a experimentar la plenitud y el gozo que hay de vivir agradándole a Él, llegando a ser parte de aquellos que Jesús profetizó diciendo que "los verdaderos adoradores rendirían culto al Padre en espíritu y en verdad, porque así quiere el Padre que sean los que le adoren." (Juan 4:23). Pero contrario a lo que muchos piensan, la fe cristiana es sacrificada.  Me gusta mucho un dicho popular que dice: "La fe no hace las cosas fáciles, hace las cosas posibles". Pero hay que estar dispuestos a sufrir las consecuencias de vivir en oposición a lo que el mundo pretende imponer. ¿Estaremos dispuestos a sufrir las burlas, los azotes, cadenas y cárceles por nuestra fe? ¿Estaremos dispuestos a ser apedreados, asesinados, andar fugitivos pasando necesidades, afligidos y maltratados por causa de nuestra fe? Aunque todas estas cosas no fueran parte de nuestra realidad, son las consecuencias que sufrieron, y el testimonio que dieron aquellos que por sus obras demostraron su fe, y agradaron a Dios adorándole en espíritu y en verdad. Nuestras obras sirven de testimonio al mundo de lo que Dios ha hecho en nosotros, pero nuestra salvación nos ha sido regalada por la fe. En estos tiempos, sólo por la verdadera fe y el Espíritu que Dios ha puesto en nosotros, llegaremos a hacer aquello para lo cual fuimos llamados. Nuestra fe estará siendo probada ahora más que nunca, procuremos la aprobación de Dios y no de los hombres.  "Esto es para ustedes motivo de gran alegría, a pesar de que hasta ahora han tenido que sufrir diversas pruebas por un tiempo. El oro, aunque perecedero, se acrisola al fuego.  Así también la fe de ustedes, vale mucho más que el oro, al ser acrisolada por las pruebas demostrará que es digna de aprobación, gloria y honor cuando Jesucristo se revele.  Ustedes lo aman a pesar de no haberlo visto; y aunque no lo ven ahora, creen en él y se alegran con un gozo indescriptible y glorioso, pues están obteniendo la meta de su fe, que es su salvación." (1 Pedro 1:6-9)  ¡Avivemos nuestra fe!

Eduardo Figueroa Aponte

martes, 24 de mayo de 2016

En "Coma" el Amor Verdadero...

   
"El que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor." (1 Juan 4:8).  Este versículo bíblico explica la médula de todos nuestros problemas sociales. Muchos profesan amar a los suyos, así que creen en el amor y viven tratando de cultivarlo y disfrutarlo aunque el amor es algo que no se puede ver.  Sin embargo, como no ven a Dios, no creen en Él, no lo profesan, ni tratan de cultivar su relación con Él, por lo tanto tampoco pueden disfrutarla, aunque Dios es el origen mismo del amor.  Pero como todo en nuestras vidas, buscamos apropiarnos y practicar lo que nos conviene y nos gusta.  Así que las cosas que no nos gustan, aunque nos convienen, las rechazamos. Nos pasa con nuestros padres.  Nos encanta que nos amen, nos mimen y nos provean todo lo que nos gusta y necesitamos; pero detestamos que nos corrijan y nos pongan límites, aunque esos límites sean impuestos para protegernos porque nos aman.  Así mismo nos pasa con Dios.  Nuestro Creador y Padre celestial nos impuso límites que nunca debimos pasar, pues Él, que todo lo sabe, quizo protegernos de todos los males que hoy nos aquejan.  Pero queremos disfrutar su amor, recibiendo todo lo que Él nos da y le pedimos, pero no queremos saber de sus correcciones y límites, que son producto de su amor por nosotros.
     
   Vivimos en la era en que la humanidad pretende redefinir todas las cosas absolutas en cosas relativas. De aquí nacen un sinnúmero de planteamientos filosóficos individualistas, que carecen de toda razón lógica y credibilidad, pues no cuentan con el apoyo de investigaciones serias que validen la efectividad de dichos planteamientos. Pero el tiempo se ha encargado de evidenciar que donde quiera que se ha aceptado e implantado la práctica de dichos planteamientos, éstos han provocado serias dificultades en la sociedad que ni siquiera los gobiernos saben cómo manejarlas. Y sólo así porque sí pretenden imponer sus filosofías como verdades absolutas que deben ser aceptadas y respetadas e impuestas al resto de la humanidad. Son planteamientos basados en sentimientos pasionales y deseos frívolos producto del pensamiento individualista/egoísta, que aunque puede ser auto-destructivo, se convierte en el capricho de algunos que reclaman tener "derecho" aunque en nada aporte a la estabilidad social, la sana convivencia y el bien común. Por eso hoy encontramos a muchos enredados entre tanta multiplicidad de pensamientos, porque no practican el análisis responsable de todo lo que escuchan o leen, recibiendo y apoyando cualquier cosa que les parezca bien o les convenga, aun cuando no conocen su procedencia, propósito y consecuencias. 

  Es importante analizar las situaciones de la vida detenidamente, pues son fundamentales para nuestro crecimiento personal y el desarrollo de nuestro carácter y buen juicio, especialmente cuando esas situaciones rompen con nuestros esquemas. En vez de preguntarnos el ¿porqué? de las cosas, debemos preguntarnos ¿para qué? esas cosas.  Pero preferimos optar por lo más fácil, dejarnos llevar por la corriente y no hacernos pregunta alguna. Nadie quiere asumir posturas responsables, dicen: "prefiero evitar situaciones, eso es muy problemático..."; pero es honesto. No existe el sano juicio para el análisis de las cosas. Hoy día la honestidad es enemiga de la lealtad. Diferir del otro con respeto es sinónimo de enemistad. "Si no estás conmigo, estás contra mí." Exigimos tolerancia y equidad cuando no somos capaces de ofrecerlas, ni tratamos a los demás como queremos que nos traten. No obstante, impera la falta de respeto y la burla.  Ante opiniones encontradas, en el mejor de los casos, guardamos silencio para evitar el drama o preferimos ser hipócritas y así congraciarnos con todo el mundo, y nos dejamos arrastrar por la corriente, apoyando cualquier cosa, aunque en realidad no estemos de acuerdo y no tengamos idea hacia dónde nos arrastrará tal corriente. 

    Pero claro, resulta más fácil repetir lo que otro dijo, especialmente cuando nos exime de toda responsabilidad con Dios y con los demás, y nos abre las puertas para dar rienda suelta a nuestro instinto animal (irracional) y los más bajos deseos egocentristas, (hagamos todo lo que nos gusta y está prohibido) esto sin medir consecuencias.  Si se ha prohibido, es porque de alguna manera se ha probado que las consecuencias de eso que se ha prohibido son fatales, especialmente si la prohibición proviene de la Palabra de Dios, la Biblia. En la carta a los Romanos el apóstol Pablo plantea lo siguiente "No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente.  Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, agradable y perfecta." (Romanos 12:2).  Todo lo que Dios ha dado por mandato, lo dio por amor a nosotros, sabiendo que nosotros éramos capaces de hacernos daño a nosotros mismos si no teníamos reglas a seguir.  Pero todo aquel que no cree en Dios, y todo el que "cree" pero no le obedece, menosprecia Su amor.  
    De aquí nace el rechazo y el repudio a los cristianos, pues aunque el mundo no lo reconozca ni lo acepte, los que profesamos y creemos que Dios ha revelado en la Biblia como mandato y normas a seguir para que vivamos vidas plenas, ha sido la estructura que ha permitido que la humanidad trascienda en su existencia, pues de otra manera, ya nos hubiéramos auto-destruido.  Pero como todo lo que Dios ha dicho, hoy día representa "fanatismo, fundamentalismo religioso, violación de derechos civiles, crimen de odio, etc." pues hay que erradicar el cristianismo.  Sí, ahora quieren restringir nuestro derecho constitucional a la libertad de culto, criminalizar nuestra fe, prohibirnos la libertad de expresión, y perseguirnos hasta que decidamos abandonar nuestra fe.  Todo esto porque queremos obedecer el mandato de Dios, de predicar su evangelio a toda criatura, nos convertimos en obstáculo y barrera que detiene la práctica de todo lo que Dios ha prohibido, que resulta muy placentero a los caprichos individuales, pero que al fin y al cabo terminarán por destruir la humanidad.  Pero no debe sorprendernos a los que estudiamos y conocemos las Sagradas Escrituras, pues en ellas encontramos que Jesús nos advirtió lo siguiente:
"Se levantará nación contra nación, y reino contra reino. Habrá hambres y terremotos por todas partes. Todo esto será apenas el comienzo de los dolores. Entonces los entregarán a ustedes para que los persigan y los maten, y los odiarán todas las naciones por causa de mi nombre. En aquel tiempo muchos se apartarán de la fe; unos a otros se traicionarán y se odiarán; y surgirá un gran número de falsos profetas que engañarán a muchos. Habrá tanta maldad que el amor de muchos se enfriará, pero el que se mantenga firme hasta el fin será salvo. Y este evangelio del reino se predicará en todo el mundo como testimonio a todas las naciones, y entonces vendrá el fin." (Mateo 24:7-14). Todo se está cumpliendo al pie de la letra, el fin se acerca!

    Además, para los cristianos, todas estas cosas deben ser motivo de alegría y gozo, y no de aflicción, pues anuncian que se acerca el cumplimiento de las promesas en las que tenemos puesta nuestra esperanza.  Jesucristo habló de todas estas cosas a sus discípulos diciendo: "Dichosos ustedes cuando los odien, cuando los discriminen, los insulten y los desprestigien por causa del Hijo del hombre.  Alégrense en aquel día y salten de gozo pues miren que les espera una gran recompensa en el cielo.  Dense cuenta que los antepasados de esta gente trataron así a los profetas." (Lucas 6:22-23).

   Analicemos una frase que tomó mucha fuerza recientemente: "Love Wins". Ésta frase se hizo viral en las redes sociales en los días en que el Tribunal Supremo de los Estados Unidos, aprobó el matrimonio entre parejas del mismo sexo en nombre del amor.  Sin embargo, el matrimonio es una institución sagrada establecida por Dios entre el hombre y la mujer.  Pero, aquellos que rechazan las correcciones y límites que impuso Dios por amor, quieren prostituir lo sagrado, legalizando una relación que Dios ha prohibido, imponiendo su supuesto "derecho/conveniencia". La realidad es que la definición que el mundo le ha dado al amor ha sido viciada y no tiene nada que ver con el verdadero amor. Por eso muchos no entienden el sacrificio que Jesucristo hizo al derramar su sangre por nosotros en la cruz, clavando nuestra maldad en ella y reconciliándonos al amor del Padre. Toda nuestra culpa le fue atribuida a Él. Ésta ha sido la manifestación más excelsa del amor de Dios por su máxima creación, la humanidad. Es el evento más trascendental ocurrido en toda la historia, al punto que hoy se divide en antes y después de Cristo.
    Les invito a reflexionar en la verdadera definición del amor, que dice así: "El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso ni jactancioso ni orgulloso. No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor. El amor no se deleita en la maldad sino que se regocija con la verdad. Todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta." (1 Corintios 13:4-7). 
     Habiendo leído esta definición; ¿Realmente podemos decir que amamos? Cuando TODOS hayamos entendido lo que es el verdadero amor y reine la paz y el respeto entre todas las esferas sociales, entonces podremos decir "Love Wins"...

Eduardo Figueroa Aponte

sábado, 21 de mayo de 2016

¡Victoria! En Medio del Caos que nos Asedia...

       Es evidente que tras el paso de los años, la buena convivencia, los principios, valores y costumbres que permitieron el buen funcionamiento de las sociedades, han ido sucumbiendo. Esto ante las emergentes políticas de convivencia de la postmodernidad, que como epidemias infecciosas y virales, van intoxicando las sociedades del mundo, que hoy convulsa y comienza a dar síntomas de mortandad. Lo más trágico de todo, es que estas epidemias producen un efecto embriagante que inhibe los sentidos y la razón de los más sabios, al punto de convertirlos en necios, aún dentro de la Iglesia.  Son como ríos irrefrenables que al acumular las incesantes lluvias, se llevan todo lo que encuentran a su paso con la fuerza de sus corrientes. De esto nos advirtió el apóstol Pablo diciendo: "Que nadie se engañe. Si alguno de ustedes se cree sabio según las normas de esta época, hágase ignorante para así llegar a ser sabio. Porque a los ojos de Dios la sabiduría de este mundo es locura. Como está escrito: «Él atrapa a los sabios en su propia astucia»; y también dice: «El Señor conoce los pensamientos de los sabios y sabe que son absurdos.»". (1 Corintios 3:18-20). 

      Pero como dice el libro de Proverbios: "El ingenuo cree todo lo que le dicen; el prudente se fija por dónde va. El sabio teme al Señor y se aparta del mal, pero el necio es arrogante y se pasa de confiado". (Proverbios 14:15-16). Ciertamente entre muchos gobernantes y poderosos ya no hay temor de Dios, y procuran que sus súbditos tampoco teman a Dios, para poder manipularlos en el cumplimiento de sus agendas personales. Por eso, encontramos que en todos aquellos que se revelan contra Dios, se cumple lo que también dijo el apóstol Pablo en la carta a los Romanos: 
"A pesar de haber conocido a Dios, no lo glorificaron como a Dios ni le dieron gracias, sino que se extraviaron en sus inútiles razonamientos, y se les oscureció su insensato corazón. Aunque afirmaban ser sabios, se volvieron necios y cambiaron la gloria del Dios inmortal por imágenes que eran réplicas del hombre mortal, de las aves, de los cuadrúpedos y de los reptiles. Por eso Dios los entregó a los malos deseos de sus corazones, que conducen a la impureza sexual, de modo que degradaron sus cuerpos los unos con los otros. Cambiaron la verdad de Dios por la mentira, adorando y sirviendo a los seres creados antes que al Creador, quien es bendito por siempre. Amén. Por tanto, Dios los entregó a pasiones vergonzosas. En efecto, las mujeres cambiaron las relaciones naturales por las que van contra la naturaleza. Así mismo los hombres dejaron las relaciones naturales con la mujer y se encendieron en pasiones lujuriosas los unos con los otros. Hombres con hombres cometieron actos indecentes, y en sí mismos recibieron el castigo que merecía su perversión. Además, como estimaron que no valía la pena tomar en cuenta el conocimiento de Dios, él a su vez los entregó a la depravación mental, para que hicieran lo que no debían hacer. Se han llenado de toda clase de maldad, perversidad, avaricia y depravación. Están repletos de envidia, homicidios, disensiones, engaño y malicia. Son chismosos, calumniadores, enemigos de Dios, insolentes, soberbios y arrogantes; se ingenian maldades; se rebelan contra sus padres; son insensatos, desleales, insensibles, despiadados. Saben bien que, según el justo decreto de Dios, quienes practican tales cosas merecen la muerte; sin embargo, no sólo siguen practicándolas sino que incluso aprueban a quienes las practican". (Romanos 1: 21-32)
    Sí, esta es la razón por la cual estamos viviendo un CAOS como sociedad alrededor del mundo. Por eso hoy tenemos que lidiar con razonamientos oscurecidos que surgen de la rebeldía contra Dios, como la "perspectiva de género" y las "orientaciones sexuales". Es el afán desmedido de querer cambiarlo todo según los antojos y caprichos de algunos sin medir las consecuencias y los daños que puedan causar esos cambios al resto de la humanidad. Sí, tal es el caso de las farmacéuticas que lanzan productos al mercado que, sin conocer sus efectos a largo plazo, matan a la gente lentamente, al igual que la industria agrícola con sus alimentos genéticamente modificados. Pero como es más importante suplir las necesidades del gobierno y las industrias, que mercadean con la salud y el dolor del pueblo, qué importa. Así también hacen con todo lo que proponen como leyes en estos días, todas sirven a los grandes intereses del capitalismo desmedido. Unos pocos se hacen más ricos y poderosos mientras disfrutan de los manjares del placer y la opulencia, mientras el resto se hace cada vez más pobre, con una pésima calidad de vida, en la que el acceso a los servicios para suplir sus necesidades básicas son cada vez menos accesibles. Es una agenda a la cual los pueblos se anexan inevitablemente sin entender que están siendo manipulados y explotados con un solo propósito, perpetuar el poder de los poderosos. Mejor no lo pudo haber precisado Juan Valera, cuando dijo:

"La postmodernidad nos ha venido legando el derrumbe de todos los sistemas filosóficos, políticos, morales y religiosos que han servido de baluarte durante la época moderna, (desde el Renacimiento del siglo XVI, hasta la década de los ochenta en el siglo XX). Ha producido la pérdida de horizontes y referentes en todos los órdenes de la vida. La desorientación en cuanto a todo, favorece un vacío existencial, que a su vez y por reacción provoca cuatro características principales de la sociedad postmoderna: hedonismo (el placer por el placer), individualismo (yo me basto), narcisismo (yo soy el centro del mundo) y relativismo (todo vale, no hay verdades absolutas). En el ámbito religioso se produce una extraña simbiosis, por un lado la secularización lo impregna todo, pero a la vez la sociedad postmoderna carente de ilusiones y esperanza, necesita nuevos ídolos e ideologías que no tengan nada que ver con las religiones y creencias tradicionales. De esta manera y paradójicamente, a la secularización tradicional, le precede por un lado, la sacralización de eventos socioculturales, y por otro el auge de movimientos filosófico religiosos de raíz oriental. La apatía social y la negación de las creencias tradicionales y del cristianismo histórico, deja un hueco que revela su importancia, pero que exige nuevas formas de culto. De esta manera nacen las modernas religiones de la música, el culto al cuerpo o el deporte. El Doctor Antonio Cruz, hablando de la música rock, dice: «Se caracteriza por el elevado grado de ritualismo que se origina en sus conciertos. En algunos momentos de estas actuaciones, el ceremonial, buscado y deseado tanto por los músicos como por los espectadores, llega a ser casi religioso... Los conciertos de rock son los cultos grupales de la postmodernidad en los que se sacralizan las propias relaciones sociales.»".

     Pero, ¿qué nos dice la Palabra de Dios? "El temor del Señor es el principio del conocimiento: Los necios desprecian la sabiduría y la disciplina". (Proverbios 1:7). "El principio de la sabiduría es el temor del Señor; buen juicio demuestra quienes cumplen sus preceptos...". (Salmos 111:10) Así que como cristianos, debemos resistir el torrente provocado por las fuertes lluvias y mantenernos nadando en contra de esa corriente, y avanzando por los caminos más angostos y difíciles. Porque aunque a nadie le gusta avanzar a través de ellos, son los más seguros y nos garantizan que nuestro esfuerzo valdrá la pena, cuando hayamos llegado a la menta y disfrutemos de la dulce victoria que permanecerá para siempre, nuestra salvación. Así lo planteó Jesús en el relato del evangelio de Mateo diciendo: "Entren por la puerta estrecha. Porque es ancha la puerta y espacioso el camino que conduce a la destrucción y muchos entran por ella. Pero estrecha es la puerta y angosto el camino que conduce a la vida y son pocos los que la encuentran". (Mateo 7:13-14).  En su carta a los Romanos, el apóstol Pablo también nos exhorta "No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su  mente.  Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta". (Romanos 12:2). También el apóstol Pedro nos advierte "Por eso dispónganse para actuar con inteligencia; tengan dominio propio; pongan su esperanza completamente en la gracia que se les dará cuando se revele Jesucristo. Como hijos obedientes, no se amolden a los malos deseos que tenían antes, cuando vivían en la ignorancia.  Mas bien, sean ustedes santos en todo lo que hagan, como también es santo quien los llamó; pues está escrito: «Sean santos, por que yo soy Santo»".  (1 Pedro 13-16). Por lo tanto, si vivimos centrados en la voluntad de Dios, podremos avanzar en medio del caos que nos asedia, disfrutando el paisaje y confiados en que Dios nos guiará y nos ayudará a llegar hasta la menta. Somos el cuerpo de Cristo y Él es la cabeza, por eso dijo a sus discípulos "Yo les he dicho estas cosas para en en mí hallen paz.  En el mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo". (Juan 16:33).


Eduardo Figueroa Aponte

viernes, 20 de mayo de 2016

Un Llamado a Despertar...

       Somos muchos los que nos hemos desvivido luchando por alcanzar nuestras metas, sueños y anhelos del corazón, y así poder ocupar un lugar respetable ante la sociedad. ¿Y qué hay de malo en eso? Nada. Pero la verdadera pregunta es: ¿De qué sirve todo eso? La gran realidad es que si Dios no ocupa el primer lugar en nuestras vidas, todo lo que hagamos es en vano, según fue establecido en el el libro de los Salmos "Si el Señor no edifica la casa en vano trabajan los que la edifican.  Si el Señor no guarda la ciudad en vano vigila el guardia.  En vano se levantan de madrugada y van tarde a reposar comiendo el pan con dolor; porque a su amado dará Dios el sueño".  (Salmos 127:1-2).  

       Muchos hemos alcanzado ya varias de esas metas, sueños y anhelos del corazón, a veces poniendo a Dios en el último lugar y la mayoría de las veces sin contar con Él. Cuando hemos alcanzado el objetivo, surgen otras dos preguntas: ¿Esto era todo? y ¿Ahora que? Ya logré todo lo que me propuse pero no me siento satisfecho ni completo. ¿Por qué? Porque el lugar que le pertenece a Dios en nuestros corazones, está vacío u ocupado por otras cosas que se han convertido en los dioses que dirigen nuestras vidas (la casa, el carro, los viajes, el trabajo, los estudios, los deportes, los títulos, el poder, la fama, el dinero, etc,).  Todo esto es bueno y no hay nada malo en disfrutarlo, pero hemos invertido el orden de prioridades, poniendo a Dios por último y en muchos casos sacándolo de nuestras vidas, pues creemos que hemos hecho todo por nosotros mismos y no necesitamos a Dios.  Pero, la verdad es que Dios en su amor de Padre y misericordia a nosotros derrama su bendición, aunque no la merecemos, eso se llama (gracia).

       El concepto de "SER ALGUIEN" que la humanidad nos ha querido empujar por ojo, boca y nariz, no tiene nada que ver con la identidad que Dios nos ha regalado en Cristo Jesús. Su vida terrenal se resume en una sola palabra, AMOR, y su sacrificio nos ha otorgado el privilegio de ser considerados hijos y coherederos con Él. "Y si somos hijos, somos herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, pues si ahora sufrimos con él, también tendremos parte con él en su gloria". (Romanos 8:17).  Y el sufrimiento que enmarca este pasaje, tiene que ver con la advertencia que Jesús hizo, relatada en el evangelio de Mateo diciendo: "Si alguien quiere se mi discípulo, tiene que negarse a sí mismo, tomar su cruz y seguirme.  Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por mi causa la encontrará.  ¿De qué sirve ganar el mundo entero si se pierde la vida?  ¿O qué se puede dar a cambio de la vida?  Porque el Hijo del hombre ha de venir en la gloria de su Padre con sus ángeles y entonces recompensará a cada persona según lo que haya hecho".  (Mateo 16:24-28).  Quiere decir que los que viven y trabajan para Dios recibirán la recompensa que Él ha prometido, pero los que viven y trabajan para sí mismos, reciben como recompensa el fruto de lo que hacen con sus vidas y su trabajo.  En muchas ocaciones, aunque han logrado lo que se han propuesto, ese fruto acarrea sinsabores, dolores de cabeza y frustraciones, y según el pasaje, han perdido sus vidas (su salvación) porque terminan haciendo muchas cosas que no agradan a Dios y les alejan de Él, convirtiéndose en rebeldes al propósito para el cual han sido creados, vivir en Él, con Él y para Él).

       Por naturaleza rechazamos vivir en ese amor que Jesús nos modeló y a cambio hemos elegido vivir en (el desamor, el odio, la amargura, la codicia, el dolor, el engaño, la tristeza, la avaricia, el egoísmo, la contienda, el amor al dinero que es idolatría, etc.), todo esto como resultado de vivir y trabajar por nuestros propios deseos, a los cuales le rendimos culto y adoración, y en los cuales desperdiciamos nuestras vidas. Si aceptáramos con humildad la identidad que Dios nos ofrece en Cristo, y decidimos dejar que Él ocupe el lugar que le corresponde, y sacamos todo lo que está ocupando su lugar en nuestro corazón, entonces todo lo que hagamos tendrá un verdadero sentido y propósito fundado en el amor de Dios.

       Su palabra dice: Así que no se preocupen diciendo: “¿Qué comeremos?” o “¿Qué beberemos?” o “¿Con qué nos vestiremos?” Porque los paganos andan tras todas estas cosas, y el Padre celestial sabe que ustedes las necesitan. Más bien, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas. Por lo tanto, no se angustien por el mañana, el cual tendrá sus propios afanes. Cada día tiene ya sus problemas." (Mateo 6:31-34).  Cuando hacemos lo que dice su Palabra, se cumplen sus promesas en nuestras vidas, y nuestras metas, sueños y anhelos del corazón, se disuelven dentro de las metas, sueños y anhelos del corazón de Dios (su propósito) para nuestras vidas. Sólo así llegaremos a sentir una verdadera satisfacción y gozaremos de una auténtica identidad. A Él sea la gloria!



Eduardo Figueroa Aponte

jueves, 19 de mayo de 2016

La Gran Verdad...

     Si no le damos la oportunidad a Dios de manifestarse en nuestras vidas por fe, jamás podremos experimentar las grandes cosas que Él ha dispuesto para los que en Él creen y le aman. Pero creer no es suficiente. Dios demanda de nosotros tomar una decisión. ¿Que cuál es? Reconocer y confesar (expresar, declarar) que Jesús es nuestro Señor y Salvador y entregarle nuestra vida en ofrenda y gratitud por su sacrificio en la cruz por nosotros. Tenemos que renunciar a nuestro YO, nuestra VOLUNTAD, nuestro LIBRE ALBEDRÍO y someternos al PLAN perfecto que Él diseñó para aquellos que le DEMUESTRAN su amor. 
La Biblia dice:

> "Porque con el corazón se cree para ser justificado, pero con la boca se confiesa para ser salvo." (Romanos 10:10)

> "Luego dijo Jesús a sus discípulos: —Si alguien quiere ser mi discípulo, tiene que negarse a sí mismo, tomar su cruz y seguirme." (Mateo 16:24)

> "Le contestó Jesús: —El que me ama, obedecerá mi palabra, y mi Padre lo amará, y haremos nuestra vivienda en él. El que no me ama, no obedece mis palabras. Pero estas palabras que ustedes oyen no son mías sino del Padre, que me envió." (Juan 14:23-24).
> "A los que me aman, les correspondo; a los que me buscan, me doy a conocer." (Proverbios 8:17)
     ¿Que cuál es su PLAN? ¡Que vivamos junto a Él eternamente y para siempre! Pero para eso, es necesario que seamos transformados a su semejanza, pues Dios es (santo = separado) y requiere que nosotros vivamos en (santidad = separados). Nuestra vida en esta tierra es sólo la primera etapa, para que ensayemos los valores del Reino espiritual al cual seremos trasladados cuando la carne muera. No significa que estemos encerrados o aparte de los demás, sino que vivamos gozosos y en plenitud haciendo buenas obras, no según las intenciones y los modelos del hombre (mundano = carnal) sino, según las intenciones y los modelos del hombre (espiritual = Jesús/Dios). Esto sin importar que el mundo ande de cabeza, pues su Espíritu Santo nos guiará a toda verdad y toda justicia y Él ha prometido que no careceremos de ningún bien. Esto significa que Dios hará provisión de lo que sea necesario, no lo que se nos antoja (capricho).
    Los estándares inalcanzables que el mundo impone como modelos, sólo provocan ansiedad y frustración en la gente común, pues sólo unos pocos llegan allí. Por eso la gente que alcanza todas sus metas en la vida, nunca están satisfechos del todo, pues nuestra satisfacción y plenitud no está completa si no invitamos a Dios a ocupar su trono en nuestro corazón y vivimos conforme a su voluntad que es agradable y perfecta. Ese lugar es suyo, pues Él nos creó y quiere vivir en nosotros, pero sólo tú y yo podemos decidir SACARLO de allí, y en su lugar ocupar ese espacio con cualquier otra cosa/ídolos (otros dioses, casa, carro, dinero, profesión, fama, sexualidad, etc.) entonces jugamos a ser dioses dueños y señores de nuestras vidas que rechazamos el amor del Todopoderoso. Luego tenemos la osadía de cuestionar su amor cuando comenzamos a sufrir las consecuencias de nuestras rebeldías, a pesar de las instrucciones que Él nos ha dejado para vivir en plenitud. Pero cuando decidimos hacer la voluntad de Dios, nos llenamos de gozo, alegría y plenitud en el corazón y somos tratados como hijos y coherederos del reino.  Digo esto no sólo porque conozca la teoría, sino que por la práctica puedo dar fe de que así es.
     Nunca es tarde para entregarle tu vida a Jesús, te invito a hacerlo ahora mismo. La misericordia de Dios es tan grande que siempre está buscando oportunidades de tener un encuentro contigo para darte salvación y vida eterna, ESTA ES UNA DE ELLAS. Todo el desastre mundial que estamos viviendo está escrito en las profecías bíblicas, y anuncia que Cristo regresa muy pronto por su Iglesia, para librarle del tiempo de gran tribulación tras la aparición del Anticristo y su dominio sobre la tierra. Así que no esperes más, Él está esperando por ti con brazos abiertos y presto a escucharte. La Biblia dice: "Quien encubre su pecado jamás prospera; quien lo confiesa y lo deja, halla perdón." (Proverbios 28:13). No importa cuán terrible hayas sido en la vida, ni cuánto daño hayas hecho, si buscas un lugar privado y te arrodillas, y reconoces tus pecados ante Él y te arrepientes de todo corazón entregándole el control de tu vida, todo el mal que hayas hecho será borrado, tu nombre será escrito en el Libro de la Vida Eterna, y comenzarás a ver cómo Dios transforma tu vida, haciendo milagros y prodigios como lo ha estado haciendo en la mía hasta que Cristo regrese por su Iglesia. Te aseguro que será la decisión más grande y acertada que habrás de tomar en toda tu vida y no te arrepentirás.
     Por eso, Él envió un Salvador, JESUCRISTO, que por amor a nosotros murió y resucitó en sacrificio para pagar por nuestros pecados (malas desiciones). Así nos reconcilió con el Padre y se convirtió en el modelo a seguir como ser humano, en preparación para nuestra entrada en la vida eterna con Él. SÍ, JESÚS ES EL MODELO A SEGUIR... (NO SON LOS CRISTIANOS, NO SON LOS PASTORES, NO SON LAS IGLESIAS; QUE COMO HUMANOS Y PECADORES COMETEMOS MUCHOS ERRORES...) JESÚS ES EL MODELO A SEGUIR! Su sangre nos limpia de todo pecado mientras nos esforzamos por hacer la voluntad de Dios (sus mandamientos). No hay excusa, todos hacemos nuestro mejor esfuerzo por vivir como Dios manda, pero mientras vivamos en este mundo, presos de nuestra carne, todos fallaremos mucho hasta que Cristo venga y nuestros cuerpos carnales sean glorificados a su semejanza.
   ¿Y cómo DEMOSTRAMOS que amamos a Dios? Siendo obedientes a sus mandamientos, los cuales fueron dados para cuidarnos de nosotros mismos y las consecuencias de las malas desiciones que tomamos bajo nuestra naturaleza pecaminosa. Hay que dejar que Dios tome el control de nuestras vidas, Él hará cumplir su propósito en nosotros, el cual nos llevará a experimentar una vida plena. Nadie logra experimentar la verdadera plenitud de la vida, hasta que se encuentre viviendo dentro del propósito para el cual Dios lo creó. Su amor por ti y por mí como Padre, es razón suficiente para confiar que sabe lo que es mejor para nosotros, de modo que trazará el camino que nos llevará a alcanzar la verdadera vida, la VIDA ETERNA.

Eduardo Figueroa Aponte

miércoles, 18 de mayo de 2016

No se trata de filosofía humana…


       La fe cristiana no puede ser juzgada, criticada o invalidada por las interpretaciones teológicas que hacen los hombres, pues es mucho más que eso. La fe cristiana nació del evento histórico más trascendental de toda la historia de la humanidad hasta hoy, y fue profetizado muchos siglos antes de tener su cumplimiento, (La Muerte y Resurrección de Nuestro Salvador Jesucristo), que dividió la historia en antes y después de Él. La Biblia es clara y sencilla en su mensaje de Salvación. Pero todo aquel que no cree, se rehúsa a aceptar lo que Dios estableció como pecado (conducta adictiva que esclaviza y tiene consecuencias auto-destructivas de las que Dios siempre nos ha querido librar por amor a nosotros) usan toda clase de pretextos para justificar su pecado y seguir pecando deliberadamente, ignorando el grito de sus consciencias, que sin quererlo ellos, siempre les advierte de malas decisiones y sus consecuencias. Hablo por experiencia propia, pues aunque siempre creí, el pecado me mantuvo ciego.

       Lo cierto es que el que siempre nos confronta con nuestra realidad de pecadores, aunque no lo queramos aceptar o reconocer, es el Espíritu Santo de Dios. Todo lo que Dios ha establecido como norma de fe y conducta es para nuestro beneficio, y no por capricho. A los que no les interesa ya Dios les ha advertido cuál será su destino. A los que creemos y aceptamos su mensaje de salvación, nos aferramos a sus promesas y procuramos obedecer sus mandamientos, demostrando así que le amamos, y experimentamos su fidelidad, pues siempre cumple lo que promete. Pero para vivir la experiencia y no sólo ver o escuchar el testimonio de otro, hay que creer “
sin fe es imposible agradar a Dios, ya que cualquiera que se acerca a Dios tiene que creer que él existe y que recompensa a quienes lo buscan” (Hebreos 11:6), “la fe es la garantía de lo que se espera, la certeza de lo que no se ve” (Hebreos 11:1).

       La Salvación nos es dada por fe, creyendo el mensaje con arrepentimiento y aceptando a Cristo, es así de simple. No se trata de lo que creemos porque lo hemos visto o lo que los científicos quieran “probar” especulando, pues ellos nunca han podido contestar las grandes preguntas de nuestra existencia y jamás lo harán, porque Dios es la Ciencia y nos a dado a conocer lo necesario. Sólo con eso el hombre ha jugado a ser Dios, pero jamás lo será. La arqueología sigue validando lo que está escrito en la Biblia como historia, pues sus descubrimientos certifican lo que allí se escribió. En las profecías bíblicas, Dios nos ha dado a conocer lo que ha de suceder en los tiempos. Todo se ha estado cumpliendo y lo que falta por cumplirse llegará. No hay ninguno fiel y verdadero como Él.

       Nada de lo que pensamos o creemos por interpretación propia de las Escrituras nos sirve, pues todo eso está basado en nuestras especulaciones. Lo que Dios quiso revelarnos ya está escrito y de forma literal en la Biblia, está en nosotros creerle o no. Nadie tiene por qué poner en tela de juicio lo que creemos, no sólo por fe a lo que dice la Biblia, sino por la experiencia de chocar con la presencia poderosa de Dios, que transformó mi vida cuando le entregué mi corazón humillado y decidido a apartarme del pecado, para vivir en intimidad con Él y participar del cumplimiento de sus promesas. Jamás he vivido experiencia más extraordinaria que sentirme perdonado, amado, cuidado, limpio y libre del pecado que me mantuvo preso y esclavizado, mientras vivía de espaldas a Dios. La sangre de aquel que murió por mí y por ti, Jesucristo, me limpió y me salvó para la vida eterna. Así como lo hizo en mí, también está buscando la manera de hacerlo en ti. “
Si ustedes oyen hoy su voz, no endurezcan su corazón” (Hebreos 4:7).


Eduardo Figueroa Aponte